martes, 31 de mayo de 2011

DESASTRES NATURALES


Cuando los fenómenos naturales superan un límite de normalidad.
El viento, las olas y toda la dinámica natural nos muestran la compleja interrelación que existe entre la litósfera, hidrósfera, atmósfera y biósfera. Gran parte de esa dinámica son para los seres humanos casi imperceptibles, como la erosión y la sedimentación producidas por el viento, los ríos, los glaciares, etcétera. Sin embargo, hay momentos en los cuales el comportamiento de los elementos naturales se vuelve violento, como los movimientos sísmicos y las erupciones volcánicas, poniendo en riesgo las sociedades, sus bienes y sus actividades.
Un movimiento sísmico, un huracán o cualquier otro fenómeno extremo de la naturaleza se convierte en desastre o catástrofe cuando ocasiona pérdidas humanas o económicas. Es decir, se denomina “Desastre Natural” sólo cuando el problema social o económico es detonado por un fenómeno de la naturaleza. Loe Golden dice “… un peligro latente se convierte en desastre si ocurre donde vive gente”.
Las consecuencias de los desastres naturales no deben mirarse únicamente desde el punto de vista de las vidas que se pierden, sino también desde el punto de vista económico, porque constituyen un obstáculo para el desarrollo económico y social de la región, especialmente en los países en desarrollo.
En ellos, un desastre puede ocasionar una reducción del Producto Bruto Nacional (PBN) por varios años. Por ejemplo, una inundación arrastra la capa fértil del suelo y tarda años en recuperarse. Se ha calculado que las pérdidas del PBN debidas a los desastres pueden ser, en proporción, 20 veces mayores en los países en desarrollo que en las naciones más adelantadas.
Los desastres pueden tener consecuencias tardías, es decir que sólo se pueden evaluar a lo largo de varios años. Una sequía o una inundación pueden afectar la economía de la región o de un país de manera tal que repercuta en la calidad de vida y en la salud de su población por varios años, incluso décadas. Según la Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Casos de Desastre (UNDRO), las inundaciones registradas en 1972 en Filipinas, retrasaron los esfuerzos de desarrollo del país entre tres y cinco años.
Una de las causas más importantes de la lentitud en el proceso de recuperación y reconstrucción de los países en desarrollo y subdesarrollados después de un desastre, es porque no cuentan con un alto porcentaje de bienes asegurados como los países desarrollados.
Un punto a tener en cuenta es que los desastres o catástrofes originados por fenómenos naturales son cada vez mayores y acarrean pérdidas millonarias. Los científicos que observan, registran y analizan la dinámica natural afirman que la frecuencia de los casos extremos no ha aumentado considerablemente. La magnitud de la problemática parte del aumento de la población mundial y de la pobreza. Los riesgos tanto físicos (lesiones y muertes) como sociales y económicas son agravados por el dónde y el cómo construye el hombre sus viviendas.
En la actualidad, al menos un cuarto de la humanidad vive en zonas vulnerables a los desastres, sobre todo en los países en desarrollo y subdesarrollados. En ellos, la gente asienta sus viviendas en lugares propensos a sufrir estas catástrofes.
Por ejemplo, en las zonas de montañas, los sectores de escasos recursos, construyen en las laderas, donde los aludes pueden arrastrar pueblos enteros, como sucedió en El Nevado del Ruiz (Colombia), o como recientemente (Enero de 2011) en Brasil, donde un alud cobró más de 600 vidas. 
Otro ejemplo a analizar, son las viviendas asentadas en las riberas de ríos. En los momentos en que los mismos aumentan su caudal, desbordan y producen graves inundaciones.
Un facto a tener en cuenta es la falta de conciencia y cuidado del Medio Ambiente que se materializa en la Desforestación y en la Contaminación agravando los efectos de los fenómenos naturales.
Las selvas taladas de las laderas de las montañas favorecen las avalanchas o aludes, y sus sedimentos rellenan los cauces de los ríos, haciendo que desborden con mayor frecuencia, pero cobrándose miles de vidas.

CLASES DE DESASTRES NATURALES 
Se han clasificado más de 20 riesgos capaces de producir desastres. Abarcan desde terremotos hasta nieblas y brumas, pero los más importantes son: 
Hidrológicos: oleajes tempestuosos, tsunamis
Meteorológicos: inundaciones, huracanes, ciclones, tifones, tornados, sequías, heladas, granizadas, olas de frío o de calor, nevadas o temporales de invierno.
Geofísicos: movimientos sísmicos y vulcanismo, avalanchas, derrumbes, aluviones, aludes.
Biológicos: marea roja (aparición en la superficie de las aguas de mejillones, almejas, etc. que son portadores de toxinas y alteran la cadena trófica)

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