martes, 3 de mayo de 2011

UN CUENTO DE HADAS


Kate era una mujer del pueblo que conoce a su amor hace 8 años y nada más que un príncipe apuesto un joven de amistades largas y amoríos fugases comienza así aquel romance. Una mañana sonora con las trompetas y los himnos y terminó con los ritmos de los nuevos tiempos, un amanecer brillante decorado con carruajes jalados por caballos majestuosos y una noche luminosa la de una joven pareja del siglo 21 un día único e histórico pero en esta historia los novios sus vestidos, las flores, la decoración, sus invitados y sus celebraciones, los coros y la música reflejan todos los nuevos caminos del nuevo reino, los padrinos, los votos, las alianzas, el intercambio de miradas, la disposición de los presentes e incluso de los ausentes son signos y tienen significado, la fiesta fue de ellos pero también del todo el pueblo, un pueblo que se reunió en las calles en el palacio de Buckingham hasta la abadía de Westminster, hombres, mujeres, jóvenes, niños, familias completas que habían pasado noches al intemperie esperando este gran día, un millón de personas llenos ambos lados y en calles contiguas la ruta del trayecto, dos decenas de guardias de la casa real hicieron raya para hacer lucir todavía más grande el día de alegría y de belleza de circunstancia, más de ocho mil periodistas de 180 países conquistaron los mejores lugares para captar las imágenes de esta boda sin perder un solo segundo de una transmisión de 4 horas que fue vista por 2 de cada 6 seres humanos en el mundo, al amanecer del grande día desde muy temprano aun nublado empezaron a llegar los invitados  y vimos como se fue llenando el majestuoso templo del siglo 16 con todos sus 1900 invitados segundo a segundo, primero los invitados que eran  los embajadores cónsules diplomáticos de los países acreditados al reino unido y después los representantes de los 15 países que tienen como  reina a Isabel segunda de Inglaterra la boda real fue por eso evento único mágico fascinante porque rompió paradigmas y  expectativas, los invitados llegan con sus atuendos muy lujosos.
En un carruaje la última en salir la reina Isabel 2 y el duque Felipe, mientras a la abadía siguen llegando invitados, llegan princesas asiáticas con sus atuendos y peinados orientales jerarcas de color llegados de África y jóvenes príncipes orientales, duques y duquesas, marquesas las familias de las otras casas reales del reino. Mientras que todos se preguntaban cuánto costó el vestido de la novia  estaban con esa incógnita pues bien este  costo de 15 millones de dólares  compuesto de un encaje hecha a mano, un marfil y falda de seda y satén  una cola de 5 metros ella estaba con   un arreglo de cabello sencillo y puesta  una tiara, ella llevando un ramo de flores,  entra a  las 11 en punto por la arcada de la puerta principal de la abadía de Westminster estando en el altar  él le dice a ella si acepto ella le dice a él si acepto,  el príncipe William entrega en un acto emotivo silencioso nostálgico y melancólico el aro de bodas y siguiendo el dictado del obispo de Canterbury con vos firme expresa sus votos prometo amarte y respetarte por todos los días de mi vida,  ella a él le promete también amor fidelidad pero no obediencia.
Una historia de amor y de una mujer del pueblo que se casó con el príncipe,  y empezó así un  cuento de hadas que quedará en la memoria de todos.










  















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